Cultura Digital - La reacción

Con el advenimiento de la SOPA y el cierre de Megaupload que llevó a cabo el FBI, las empresas multinacionales de entretenimiento, es decir, el Imperio o el Sistema -dejamos la definición paranoica a elección- parecen haber emprendido una avanzada contra Internet, una reacción a la explosión de circulación de contenidos del último año y medio. Al mismo tiempo, Cuevana agoniza y sufre restricciones, en España pelean la SINDE, y Google cambia sus políticas de privacidad proponiéndonos beneficios sospechosos que, de todas formas, ya nos veíamos venir y no deberían sorprendernos tanto. Pero, para ponerle una frutilla al postre, Twiter dejó circular que empezaría a respetar a los Estados Nacionales - esas comunidades imaginadas que creen tener miles de años de antigüedad- y bloquearía IPs para leer twits en caso de que algún estado lo pidiera, curiosamente cuando se está cumpliendo un año de la primavera árabe que tanto utilizó las redes sociales para evitar la censura de los medios oficiales (y lo mismo sucedió en prestigiosos países de la vieja Europa, como el Reino Unido).
Lo cierto es que Internet no tiene demasiados años de vida y parece no tener todavía definida una identidad. Algunos creen que las disputas dentro de la red no son ni revolucionarias ni interesantes. Para otros, Internet puede instalar un nuevo paradigma comunitario con suficiente fuerza como para modificar las relaciones sociales y la forma que tenemos de pensarnos en esta ardua tarea diaria de vivir juntos. Por ahora hay muchas cosas en juego y habrá que tomar algunas decisiones. Muchos sugieren que una de las primeras y más urgentes es volver al circuito de P2P como los torrents para que ningún intermediario se vuelva millonario como Kim Dotcom, y ningún país careta pueda derribar tan fácilmente lo que hemos construido o hacernos desaparecer nuestros archivos personales a piaccere.
SLD seguirá discutiendo al respecto, porque la cultura digital le calienta. Qué le vamos a hacer.