Cine - Un método peligroso

David Cronenberg, el director de lo asqueroso, volvió a filmar una película más bien modocita en comparación con su producción de los '80 y '90. En la línea de Una historia violenta y Promesas del este, la reciente producción del canadiense se mete con Freud (el grosso Vigo Mortenssen), Carl Jung (Michael Fassbender) y la tercera pata del trío, una histérica Keira Knightley que hace de Sabina Spielrein, primero paciente de Carl Jung, después amante, después ella misma psicóloga.
El centro de la película está alrededor de la Talking cure, esa especie de slogan con el cual se esparció el psicoanálisis prometiéndole salud mediante la palabra a los locos. Alrededor de eso gira la disputa entre Jung y Freud, un Freud que quiere ver en el alemán a su sucesor, mientras que Jung intenta destronar a su maestro y encontrar una verdadera cura, no quedarse solo con lo que propone la teoría de Freud, y dejar un poquito de lado el tema de la libido como pura energía sexual. Del idealismo romántico espiritista y un tanto peligroso de Jung no se dice más que lo necesario.
Lo que está claro es que aunque Un método peligroso no tiene estómagos-vaginas o manos-pistolas y a nadie le salen alas, Cronenberg no deja de jugar con lo que tanto le gusta: cosas asquerosas que residen en el cuerpo. En este caso histerias. Y de meterse con el choque de opuestos, la conjunción, los dobles, las disputas.
Destacamos al grosso de Vigo y al ídolo de Vincent Cassel en un papel secundario pero fundamental como Otto Gross.