Drive es una película que no tiene nada que ver con su propaganda "acción a máxima velocidad". Ciertamente no tiene máxima velocidad, la acción es poca -muy, muy muy eficaz y fuerte, pero poca- y está a años luz de Rápido y furioso y todas sus secuelas. Dirigida por el danés NIcolas Winding Refn que parece que la rockeó con Pusher, Drive tiene incluso poco que ver con los autos, aunque el protagonista sea un conductor que trabaja para ladrones, como doble de riesgo y en un taller mecánico. Con la sequedad que lo caracteriza, Ryan Gosling hace de un chico duro, muy callado, que puede pasar de una sonrisa tierna a picar como un escorpión.
Lo mejor, la estética medio ochentosa, medio oscura, medio europea, medio yanki, a mitad de camino de todo. La oscuridad de este film noir toma una vuelta especial (digna de la unión Lynch-Badalamenti), además, con esa extraña música que el protagonista escucha todo el tiempo, y de la cual, le dejamos el video.
0 comentarios:
Publicar un comentario