lunes, 26 de septiembre de 2011

El flash de la Semana - Todos (los distribuidores) en offside...


Para conocer Orsai lo mejor es entrar a verla, pero hagamos una breve reseña. Es una revista de Hernan Casciari, ese gordito simpático que tuvo un blog de mucho público del mismo nombre y que vive en España. Se mandaron de cabeza a hacer un proyecto de revista que no tuviera intermediarios ("Orsai, nadie en el medio", es el título completo). Envían a cualquier parte del mundo, primero reciben pedidos y después imprimen esa cantidad de ejemplares, si les comprás a ellos tenés que comprarles un pack de diez revistas y tenés un 20% de descuento, el precio de tapa se calcula por país (creo que es algo así como 15 veces el precio del día sábado del diario de más tirada en tu país). Cuando comprás un pack, podés poner un anuncio en la misma página de Orsai, dando tu dirección, tu contacto. Entonces, si querés una sola, le mandás un mail a alguno de los lectores-distribuidores que viva cerca de casa y vas a buscar la revista por tu barrio. El lector-distribuidor, por hacer la movida se queda unos pesos. Parece que para el número 2 querían cambiar el sistema de distribución y pasar a librerías, y la muchachada se quejó, y Casciari and Co. decidieron prudentemente dar pelota y sostener la mística. El instinto de comunidad ya estaba formado y eso es algo que explotaron muy bien los muchachos. Hasta ahí el sistema editorial, innovador e interesante.

Lo cierto es que el primer número de la revista funcionó. Empecemos por un acierto, acá en Argentina salió 52$, una ganga si se consideran los precios de los libros y el hecho de que tiene más de 200 páginas a tamaño folio y sin propagandas, puras notas, y es trimestral (es decir, te sale lo mismo que comprarte tres meses seguido la Rolling Stone sólo para leer una crónica, copada, pero una). Resaltemos: es una revista que no tiene una sola publicidad.

Los aciertos ya son varios, y se le suma, lógicamente, el contenido. Revista internacional, manejada por tipos que evidentemente la tienen clara, en el primer número hubo desde Villoro hasta Nick Hornby, pasando por dibujos de Altuna y una crónica de Seselovsky que prometía más pero que en resumen era barbara. Para nosotros, el segundo número fue ampliamente superior con fotos de Marcos López, texto de Fabián Casas, Abelardo Castillo, Roncagliolo, Sergio Marchi, una crónica impecable de Josefina Licitra sobre el Pepe Mujica y una nota sobre copyright muy sólida de David Bravo. Para más, chusmeen la revista en Orsai, porque claro, además de todo, si querés la lees gratis.






El gran acierto que aúna los pequeños logros de Orsai es haber pensado en conjunto y proyectar una revista en papel no como reacción a la digitalidad sino a partir del desarrollo tecnológico. Lo cierto es que probablemente sin la popularidad del blog Orsai no podrían haberlo hecho. La plataforma digital de venta y comunicación directa con el público es fundamental en el proyecto de esta revista. Pero además, la idea de una revista sin intermediarios distribuidores (es decir, sin empresas distribuidoras) le debe demasiado a las redes P2P. Probablemente no tantos lectores hubieran confiado y bancado el proyecto si no llevaran más de 10 años usando el Emule o descargando de Taringa. Cómo entender lo copado de esta revista si no pensamos primero en la necesidad de seguir hablando de los formatos, y después, en la necesaria imbricación entre el placer del objeto, la Cultura Libre y el mundo digital.

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